viernes, 3 de agosto de 2012

CRITICA DE TEATRO, XIBALBÁ.

www.lanacion.cl Cultura y Entretención » Teatro 27/07/2012 CRÍTICA DE TEATRO: “XIBALBÁ”, ESTREMECEDOR RITO ANCESTRAL A través de la técnica del teatro butoh, la actriz Natalia Cuéllar entrega una obra rica en imágenes que deambulan en el límite de la vida, aproximando al espectador a la mitología maya. Viernes 27 de julio de 2012| por Leopoldo Pulgar Ibarra A acercarse al complejo mundo de la mitología maya invita “Xibalbá” (en la imagen), un montaje de Natalia Cuéllar, intérprete y directora de la compañía Ruta de la Memoria (“Cuerpo quebrado”), especializada en obras sustentadas en los conceptos de Género, Memoria y Derechos Humanos. Una convocatoria nada de fácil, si se quiere entender sólo racionalmente el complejo universo mitológico-religioso maya, con muchos dioses, historias y símbolos. Pero muy cercano, vital atractivo, sugerente y profundo si el espectador se conecta por medio de lo sensorial. A través de ver y sentir el lenguaje expresivo del cuerpo actoral, al interior de un ambiente envolvente que crea la iluminación, el vestuario, los sonidos y los colores, el espectador se transforma en protagonista de un rito donde una muchacha manifiesta las diversas y contradictorias emociones por las que atraviesa su vida. Xibalbá es el nombre del Inframundo, según el Popol Vuh, el libro sagrado maya que narra el origen de la humanidad. La mitología dice que sólo el contacto con esta realidad subterránea permite el conocimiento de la vida. En un sentido más extenso, la peregrinación al Inframundo, a Xibalbá, el Reino de los Muertos, equivale a introducirse en una dimensión interior del ser humano que permitirá vivir diversos estados de conciencia. En esta definición se sustenta la obra. Para que sea desposada por el Dios de los Muertos, un doncella virgen es lanzada a una gran caverna subterránea en un acto de sacrificio a la divinidad. Natalia Cuéllar interpreta a esa muchacha que, como ser humano, vive una aguda contradicción: se siente honrada de ser la elegida para ingresar al Inframundo pero, al mismo tiempo, sufre por tener que renunciar a la vida corriente. Inserta en ese trance, y guiada al comienzo por un personaje, interpretado por Aníbal Sandoval, la muchacha se resiste a seguir descendiendo, aunque sigue avanzando. Esta conducta se manifiesta a través de la danza butoh que genera un lenguaje corporal intenso, fundamental para llevarla a distintos estados de conciencia y emotivos. Así, la ficción escénica convierte la alusión al viaje sagrado en un espectáculo muy especial, en una aproximación a una cultura de naturaleza casi completamente desconocida, cuyos símbolos ofrecen una relación más natural entre la vida y la muerte, el entorno y la vida interior. El silencio espiritual y la mirada hacia la profundidad del alma individual se hacen carne en este viaje artístico. Algo fuera de lo común se manifiesta en escena. Como espectadores vinculados a una cultura que ha dejado de lado los valores ancestrales, “Xibalbá” artístico alude al Inframundo maya, no explicitándolo materialmente sobre el escenario, sino sugiriéndolo a través de los recursos escénicos que utiliza: la semipenumbra, la selección cuidadosa de espacios de actuación perfectamente demarcados, un recorrido exacto y de avance milimétrico en un territorio breve. Y, sobre todo, con la expresividad de la danza butoh de Natalia Cuéllar, cuyo cuerpo semidesnudo desarrolla ua multitud de gestos llenos de sentido, ritmo y cadencia, donde lo sensual y espiritual aluden a la situación contradictoria que está viviendo la doncella que interpreta. En este sentido, el rito asoma en toda su sencilla plenitud, incluso, al margen de la comprensión racional de la anécdota, ya que los estímulos sensoriales y espirituales predominan en la obra. Sin duda, una produccion artística de primer nivel y una experiencia escénica muy especial. (Teatro de Bolsillo. Erasmo Escala 2185. F: 697 9973 / 9 796 5589. Vi. y sá.., 20.00. $ 3.000 y $ 2.000).

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